Para lograr la fotografía “casi perfecta”, el proceso de edición posterior a la captura de las imágenes es tan inevitable como necesario sin embargo, esta edición será mayor o menor en base a los ajustes previos a tomar la foto que hayamos realizado pues estos determinarán la calidad de la misma.
Como vemos en el curso de introducción a la fotografía, a pesar de que el proceso de edición sea necesario e inevitable, el objetivo esencial es que este resulte lo menos destructivo posible y para ello, lo ideal es tomar las fotografías en RAW.
Hasta hace relativamente poco tiempo, la edición de ficheros en RAW solía ser muy tediosa y complicado, no apta para cualquier usuario sin embargo, la evolución tecnológica y la aparición de aplicaciones como Adobe Camera RAW han simplificado este proceso permitiendo perfeccionar una fotografía en unos pocos minutos. Así, una vez perdido el miedo a los ficheros RAW, deberemos llevar a cabo una serie de ajustes básico que nos permitirán ajustar de manera rápida y sencilla nuestras fotos:
- Ajustar el balance de blancos probando los modos predefinidos o modificando Temperatura y Matiz hasta encontrar el acabado más perfecto.
- Ajustar la exposición, es decir, la cantidad de luz recibida por el sensor de la cámara, algo que podemos hacer simplemente deslizando a izquierda o derecha hasta observar el resultado deseado.
- Ajustar el contraste entre las áreas más claras y más oscuras de la imagen, de forma muy sutil, con cuidado de no saturar las altas luces y que así los zonas más oscuras pierdan detalle.
- También puedes modificar el contraste en el icono Curva de Tonos desplazando con mucho cuidado las sombras y las altas luces.
- Ajustar la mayor o menor saturación del color desde el parámetro Intensidad.
- Ajustar el enfoque para aumentar la nitidez de la imagen.
Todo ello puedes hacerlo de forma muy sencilla, basta con seleccionar el icono correspondiente al parámetro que deseas ajustar y desplazar los deslizadores hasta que el resultado sea el deseado.