En cualquier soporte fotográfico (revistas, publicidad exterior, catálogos, etc) observamos diariamente fotografías totalmente nítidas y que cuentan con la máxima claridad. Dicha nitidez permite apreciar todos los elemetos que componen la imagen o que llaman nuestra atención. Se consigue a través del enfoque fotográfico. Es decir, la imagen que recoge la lente de la cámara, se observa con la máxima nitidez sobre un plano determinado. A la hora de realizarlo, se puede enfocar el primer plano, el segundo plano o enfocar el fondo del sujeto/objeto que se capte con la cámara.
Por otra parte, las fotografías que aparecen borrosas o con menor nitidez sobre un plano, contienen un desenfoque fotográfico. Este puede ser considerado un error a la hora de captar la imagen, pero los fotográfos profesionales utilizan para centrar la atención del receptor en aspectos determinados de la imagen, restándoselo a otros puntos. Por ello, el enfoque es selectivo y sirve para dar mayor o menor importancia a determinados aspectos que deseemos resaltar en la escena. Ambos aspectos se regulan manualmente con el objetivo de la cámara o de forma automática. Si quieres saber más sobre este tema, ¡matricúlate en nuestro curso básico de fotografía digital y aprende sobre foto!